martes, 16 de noviembre de 2010

Una editorial con impronta

Cangrejo Pistolero Ediciones –baturrillo poético, red de redes–, es mundo aparte. Sin embargo, no por ser mundo aparte se cierra al mundo. Más al contrario: sus puertas están abiertas de par en par a quienes deseen asomarse, echar un vistazo, interactuar con ella en la red. Se trata de una editorial polifacética y andariega, que no camina hacia atrás (todo cangrejo lo ejecuta), sino adelante. Es, por decirlo de algún modo, una editorial atípica, que no sólo aprecia y degusta versos: Ilustraciones por doquier y escenificaciones varias forman parte indisoluble de su esencia.  
      Cangrejo Pistolero Ediciones acoge a poetas de la nueva ola que viene gestándose desde 1970, los reúne, los muestra en negro sobre blanco, los promociona. Sin embargo, no es oro todo lo que reluce. No. Cualquiera, dicho así, a secas, sin tinte ni cariz, no debería publicar. Según los preceptos de la propia belleza literaria, hacer un poema va más allá de su mera trascripción en papel o en la pantalla de la computadora: el proceso creador no se agota con la “divina” escritura. Las editoriales son perfectas conocedoras de este hecho. Cangrejo Pistolero Ediciones, que en principio no constituiría excepción alguna a la regla, a veces peca de demasiado optimista con los textos que airea. Las ilustraciones que recogen sus volúmenes, por el contrario, atesoran, todas, sin excepción, una calidad soberbia.    
      El libro como objeto de arte es idea fundamental, aspiración constante de esta lozana y juvenil editorial. En sus publicaciones se conjugan pensamiento y arte, concepto y trazo, a partes iguales, hermoseándose, digámoslo así, bis a bis ambos parámetros. Poetas de diverso pelaje ven sus poemas realzados por el arte plástico en los volúmenes que les edita el Cangrejo. Pero hay lectores a quienes les parece increíble en qué medida una ilustración puede llegar a ensalzar palabras que la describen a ella, ensalzándola también. Cangrejo Pistolero Ediciones es un juego continuo –a veces empalagoso, por demasiado infantil–, un ir y venir de las musas entre la pluma y el lápiz, entre el concepto y el color.      
      Ediciones como esta, cierto es, ya no se ejecutan. Tanto es así que la perfopoesía, incluso las artes escénicas, lo cual es puesto de manifiesto en los diversos eventos que la editorial sevillana organiza y que constituyen toda una red de redes en Internet, encuentran cabida en esta editorial. Lo funesto es que, en ocasiones, se raya en la superficialidad, en el verso fácil –más que libre, libérrimo–, en la escenografía pueril, en aquella “charanga y pandereta” de la “literatura” menos profunda. Sí, todo tiene su cruz: algunos adultos, que los hay, frecuentadores de literatura “de altos vuelos”, para otros densa y seria, demasiado conspicua, se resienten, de ordinario, con estas sonadas, alegres y pujantes bagatelas.           

miércoles, 10 de noviembre de 2010

Vargas Llosa recibe en Cádiz el premio a la Libertad de Expresión


El Real Teatro de las Cortes de San Fernando (Cádiz), ha ubicado la entrega del Premio a la Defensa de la Libertad de Expresión y de los Valores Humanos al escritor hispano-peruano Mario Vargas Llosa. El reciente Nobel de literatura, autor, entre otros títulos, de La fiesta del chivo, diatriba novelada contra el dictador dominicano Rafael Leónidas Trujillo, es el tercer hombre que en 64 años de historia de la AIR (Asamblea Internacional de Radiodifusión) recibe el mencionado galardón: el Rey Juan Carlos I y el Papa Juan Pablo II son sus inmediatos predecesores.
      La entrega del premio ha concurrido con la conmemoración del bicentenario de la aprobación del IX Decreto de Libertad de Imprenta, redactado por las Cortes Extraordinarias de la Isla de León, y promulgado el 10 de noviembre de 1810 en este mismo recinto. Concurrencia esta que, para el escritor, multiplica la “gran significación” del premio que la AIR ha tenido la deferencia de concederle.      
      El vicepresidente del Gobierno y ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, ha sido el encargado de hacer entrega del citado galardón al flamante Nobel de Literatura 2010, quien en su discurso ha declarado que el mundo ha experimentado “indudables progresos” en el campo del respeto a la libertad de expresión en los últimos años, salvo en el seno de algunos países latinoamericanos como Cuba, Venezuela, Bolivia, Ecuador, Argentina, Colombia, México y Brasil, casos todos ellos “flagrantes”.
      El vicepresidente del Gobierno y ministro del Interior ha puntualizado sobre Vargas Llosa que es “el escritor de la libertad” y que al ejercer la escritura "hace nuestro mundo más habitable, más humano y mucho más libre".
      Entretanto, el presidente de la Asociación Internacional de Radiodifusión, Luís Pardo Sáenz, ha declarado que este premio reconoce la “coherencia y valentía” de que ha hecho acopio, durante toda su vida, la trayectoria del escritor hispano-peruano.

Leña del Dragó erguido

Habitamos, por doquier, una sociedad heterogénea. Trasponer sus límites pinta, hoy, regular. Las fronteras entre el bien y el mal las carga el diablo. El detonante es la fantasía y el ingenio, a partes iguales. Límite este, por tanto, difuso. Fernando Sánchez Dragó, escritor y viajero, es perfecto conocedor de esto. La zapatiesta originada por una mención en Dios los cría…, última de sus creaturas, de una supuesta relación carnal tenida con dos menores, es, a nuestro juicio, un punto desorbitada. El hecho, eso sí, resulta disonante con un código moral heredado, inflexible, que, acaso, no discierne matices. El mundo no es en blanco y negro, noción de la que los medios debían tomar buena nota, sino policromo.
      En nombre del Sentido Común se han perpetrado las peores vilezas. Todo va a depender del prisma con que se mire. La realidad es multiforme, heterogénea, irisada. Las normas morales, ya lo hemos apuntado, no discriminan las múltiples tonalidades de lo real. Tendríamos que referirnos a la ética, antes que a la moral, para explicarnos el escarnio. Los adolescentes de trece, catorce, quince, dieciséis, diecisiete años, sostienen entre sí asiduas relaciones carnales. Esto es sabido. Nuestro código moral, permisivo con estas prácticas, no lo es cuando uno de los participantes es un adulto. En España la edad legal de consentimiento sexual está fijada en los trece años. En Japón, ídem. De mediar abuso, del tipo que sea, hablaríamos de pederastia. No es el caso. A Fernando Sánchez Dragó se le ha tildado de pederasta.
      ¿No estará nuestra sociedad rasgándose, en demasía, las vestiduras en torno a este tema? Hacer leña del árbol caído, del Dragó erguido, podríamos decir, tal vez sea inútil: el escritor, en su blog, se desdice de lo declarado y afirma que jamás mantuvo relaciones sexuales con menores.
      Albert Einstein, dijo: la imaginación es más importante que el conocimiento. En literatura, desde luego, esta es, por encima de cualquier otra, la norma áurea. Fernando Sánchez Dragó la cumple a rajatabla.