miércoles, 10 de noviembre de 2010

Leña del Dragó erguido

Habitamos, por doquier, una sociedad heterogénea. Trasponer sus límites pinta, hoy, regular. Las fronteras entre el bien y el mal las carga el diablo. El detonante es la fantasía y el ingenio, a partes iguales. Límite este, por tanto, difuso. Fernando Sánchez Dragó, escritor y viajero, es perfecto conocedor de esto. La zapatiesta originada por una mención en Dios los cría…, última de sus creaturas, de una supuesta relación carnal tenida con dos menores, es, a nuestro juicio, un punto desorbitada. El hecho, eso sí, resulta disonante con un código moral heredado, inflexible, que, acaso, no discierne matices. El mundo no es en blanco y negro, noción de la que los medios debían tomar buena nota, sino policromo.
      En nombre del Sentido Común se han perpetrado las peores vilezas. Todo va a depender del prisma con que se mire. La realidad es multiforme, heterogénea, irisada. Las normas morales, ya lo hemos apuntado, no discriminan las múltiples tonalidades de lo real. Tendríamos que referirnos a la ética, antes que a la moral, para explicarnos el escarnio. Los adolescentes de trece, catorce, quince, dieciséis, diecisiete años, sostienen entre sí asiduas relaciones carnales. Esto es sabido. Nuestro código moral, permisivo con estas prácticas, no lo es cuando uno de los participantes es un adulto. En España la edad legal de consentimiento sexual está fijada en los trece años. En Japón, ídem. De mediar abuso, del tipo que sea, hablaríamos de pederastia. No es el caso. A Fernando Sánchez Dragó se le ha tildado de pederasta.
      ¿No estará nuestra sociedad rasgándose, en demasía, las vestiduras en torno a este tema? Hacer leña del árbol caído, del Dragó erguido, podríamos decir, tal vez sea inútil: el escritor, en su blog, se desdice de lo declarado y afirma que jamás mantuvo relaciones sexuales con menores.
      Albert Einstein, dijo: la imaginación es más importante que el conocimiento. En literatura, desde luego, esta es, por encima de cualquier otra, la norma áurea. Fernando Sánchez Dragó la cumple a rajatabla.  
               

No hay comentarios:

Publicar un comentario